Concluyendo la Historia de Restauración
¡Hola Amigos! Hoy me traje a mis hijas para que te cuenten lo que han vivido al tener una nueva hermanastra mayor. Icluí sus edades presentes, pero recuerda que conocimos a Audra 4 años antes de cuando escribimos esto.
Te hemos platicado cada uno de nuestra perspectiva para que puedas ver que Dios ha estado obrando en cada persona de diferente manera, pero orquestrándolo todo para un final harmónico poderoso. Con esto voy a concluir esta historia (la cual nunca concluirá) y en el futuro te contaremos cómo vamos progresando todos, ¿sale?
Sofia: (10 años) Al principio me entristeció muchísimo el pensar que yo ya no era la mayor. Una extraña había llegado y me había robado la posición de primogénita y ahora tenía privilegios que a mí nunca me habían dado!
Por ejemplo, ella se quedaba despierta con mis papás cuando todos nosotros nos ibamos a dormir, ella podía ver películas que nosotros aún no podemos ver, etc. Ella tenía su propio carro, su propio teléfono… yo la envidiaba.
Pero en eso, Papá me explicó que yo aún era la primogénita del matrimonio de mis papás, y que Audra era una media-hermana que provino de otra relación, y que además, era adulta. Esta fue la parte que más me costó acostumbrarme.
Ahora estoy bien, pues entiendo lo que me explicaron. Al principio ella era un poco mandona, pero cuando Papá y Mamá le explicaron que a pesar de ser adulta, solo tenía que ser nuestra hermana y no un tercer padre de familia, ella comenzó a corregirse y ahora no lo hace.
Hoy en día Audra está más feliz que antes y es una súper Hermana Grande.
Savanna: (7 años) Me sorprendió la noticia de que ahora teníamos un hermanastra mayor. Al principio no estaba acostumbrada a tenerla cerca y me llevó un poco de tiempo adaptarme a la idea de que había otra persona en nuestra familia.
Ahora que la conozco, todo ha cambiado. Me encanta pasar tiempo con ella, aunque a veces, cuando estamos horneando en la cocina o algo así, ella lo quiere hacer todo 🙂
Pero está bien porque todos estamos aprendiendo y la queremos mucho.
Selah: (4 años) Yo era recién-nacida cuando mis papás conocieron a Audra. Ella siempre ha jugado conmigo y ahora salimos juntas a pasear. Siempre le pido que se ponga un vestido bonito y joyas, ya que a mí me gusta ser princesa.
En conclusión: El proceso de restauración no ha sido fácil, pero Dios nos ha dado sabiduria para saber cuál es el próximo paso de un día para otro, y la gracia para llevarlo a cabo.
Mi lema ha sido que si Jesús es mi Señor, entonces es Señor de mis relaciones. ¡Así que Él manda!
Lo único que hemos tenido que hacer todos es confiar y ceder: confiar en que Dios sabe lo que debemos hacer y nos lo comunica, en que Él nos ama y quiere lo mejor para todos, en que nos ayuda con todo lo necesario para llevarlo a cabo; y ceder a Su plan y a Su manera de hacer las cosas como nos lo enseña en la Biblia, no a lo que dice la gente, o a lo que sentimos en el momento.
Todos hemos aprendido a soltar cualquier expectativa que hubiesemos tenido, aún cuando no sabíamos que exsistía una expectativa! Dios nos ha ayudado a identificarlas y a corregirlas para permitir que la relación que está creciendo, lo siga haciendo sin presión.
También nos ha ayudado comprender que este proceso lleva tiempo y que debemos tener paciencia al conocernos. ¡Dios es fiel en completar la obra que ha comenzado en cada uno de nosotros porque nos ama!
Mis princesas! he leido como su corazón tomo el cambio y con cuanto amor y aceptación entraron en el circulo nuevo familiar. Las admiro a todas por ser tan nobles y flexibles. mis respetos para todas como mujercitas. Audra, Sofia, Savanna y Selah!