3 Comments

  1. Me encanta escuchar la historia de tu abuelita. Creo que todas necesitamos oír estos ejemplos vivos y cercanos de gente “normal”, que se atreve a soñar, a creer y a crear. Mi abuelita también me marcó de muchas formas, creo que especialmente en su forma de ver la vida, de poder reírse de sí misma, de ser generosa y abundante, y de ser la columna de la casa. Y de aquí mi comentario. Hace tiempo (y ahora también), fui dirigente Scout de niñas pequeñas (entre 4 y 10 años), y quien nos guiaba a los dirigentes nos dijo: “tienen en las manos arcilla con la que están moldeando no sólo a seres humanos, sino a FAMILIAS enteras, pues cuando tú crías a una mujer, estarás criando generaciones”. Y bien que es cierto! Miren nada más éste par de ejemplos. Claro que también la parte masculina de la familia te da mucho, pero el eje del HOGAR a donde nos acogemos casi siempre tiene que ver con una mujer… y resulta que AHORA NOSOTRAS SOMOS ESA MUJER, ése eje alrededor del cual se va forjando una familia, con la responsabilidad de traer a ella lo que había de bueno en tu familia de origen y tratar de “sobrevivir” a lo que traes no tan bueno de ése mismo lugar jijiji. Y cuando me doy cuenta de esa gran responsabilidad… escucho CLARAMENTE la voz de mi abue en mi oído, y sé que está ahí, y que me acompañará siempre desde el corazón, pues ella vive en mí.

  2. Y ¿sabes otra cosa? de repente me revoluciona pensar que a los 40 ella decidiera iniciar la carrera de medicina, pues desde hace un par de años hay una pregunta que nos hicimos como familia: ¿qué es lo que no quisieras haber dejado de hacer en esta vida?… y eso te plantea montones de posibilidades! ahora sí que la vida, como en el beisból, “no se acaba hasta que se acaba”, y ¡porqué no probar lo que quieres! Alguien por ahí me decía que la vida empieza a los 40, y creo que lo que quiere decir es que las posibilidades siguen siendo infinitas. Yo quiero hacer cosas nuevas, ¿y tú?

    1. Síííííí! Estoy totalmente convencida que no solo las posibilidades siguen siendo infinitas, pero ahora hemos forjado una fuerza de caracter y madurez para discernir lo bueno, lo importante, y dónde queremos invertir nuestro tiempo. Muchas piensan que lo dejaron todo atrás al decidir ser madres, pero en mi caso, el ser madre me ayuda a no pensar egoístamente. Ahora estoy aprendiendo cosas nuevas a la par de mis hijos, además de explorar nuevos campos de estudio. Aunque a veces no tenemos todo ese tiempo libre que teníamos a los 19 años, le sabemos sacar el jugo al tiempo!

Comments are closed.