¡Papá y Mamá Unidos Jamás Serán Vencidos!
“Papá me dejas comer otro helado? Mamá nunca me deja, por eso te estoy preguntando a ti!”
Qué inocente, ¿verdad? ¡No! ¡Los niños aprenden rapidísimo a manipular la situación para que les favorezca! Y eso comienza desde que son bebés.
Papacito: “Está llorando el bebé.”
Mamacita: “Sí, pero es hora que se duerma y necesita estar solito unos minutos más”
(Pero en el momento que Mamacita no está viendo, Papá lo recoje y se lo lleva para distraerlo un rato más.)
Esto es muy destructivo para una familia. Como pareja deben estar de acuerdo y presentarse unidos ante los hijos.
“¿Y qué pasa si no estamos de acuerdo?” Qué bueno que preguntaste. Si han hablado de cierta decisión, han valorado ambas perspectivas, han respetado el papel que cada uno tiene en la situación y todavía no pueden acordar en una decisión: No. Se. Muevan. No hagan nada. Punto y final.
Hasta que estén de acuerdo, no vale la pena seguir adelante.
¿Recuerdas que la vez pasada hablamos del acuerdo? “Si dos no están de acuerdo, cómo pueden caminar juntos?” (Amos 3:3) y “Si los miembros de una familia se pelean unos contra otros, la familia también acabará por destruirse.” (Marcos 3:25).
“Pero Celina, ¡tenemos que hacer algo!” Sí. Pero si quieren éxito, lo tienen que hacer unidos. Cuando no pueden llegar a un acuerdo, es necesario buscar una opinión más alta… y ya sabés lo que voy a decir, verdad? Ajá. La Biblia.
Pregúntense: “¿Qué dice la Biblia al respecto?” y ahora los dos se pueden alinear con Dios mismo.
Es más, este proceso no solo es para corregir nuestro caminar cuando no sabemos qué hacer. Como platicamos hace unos días, este debe ser el proceso que usamos cuando todavía estamos buscando información antes de formar una opinión y tomar una decisión. ón, ón, ón. ¿Sí? Vaya pues.
¿Y tú? ¿Has tomado decisiones en unidad con tu Papacito? ¿Como cuáles?
¡En todo! Desde quién le cambia los pañales en ese momento a lo que le permitimos ver en la tele.
¡Exactamente Luisa! Desde cosas mínimas hasta cosas importantes. (Aunque hay algunos pañales que NO son mínimos, jiji) Súper!
Aquí yo creo que esto del acuerdo también tiene que ver con la confianza. Hay momentos en los que no puedes parar antes de tomar una decisión inmediata (¡hay que hacerlo ya y punto!), y ahí entra en juego el saber y creer en tu pareja… es decir, quizá en algún momento (o en muchísimos) uno de los dos ha tenido que tomar decisiones sin consultar al otro, pero el otro confía y cree que ambos están viendo hacia el mismo lugar y que esas deicisiones van dirigidas hacia allá (aunque a veces hay que ayudar a “voltear el cuello” otra vez para ver en la dirección correcta jajajaja). Con eso en mente, puedes “soltar”, y claro, volver a platicarlo y a traerlo a la mesa cuando ya no haya “moros en la costa” y los papás podamos ponernos nuevamente de acuerdo en lo sencillo y en lo complicado de ir construyendo una familia.
Bien dicho, Marce. Hablando de una Mamacita de Verdad, Dios dijo en Prov. 31:11,12 En ella confía el corazón de su marido… Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida.