¿Tienes Su Corazón? – Do You Have Their Heart?
Hola Lindísima Mujer. ¿Qué tal amaneciste? ¿Qué tal está tu familia? Eres una mujer especial que ama a su familia, y deseas lo mejor para ellos. ¿Cómo lo sé? Pues estás leyendo esto y tu deseo es crecer, aprender y convivir con otras que tienen el mismo sentir. Te felicito por ello y sé que Dios te dará la sabiduría que buscas. (Porra) ¡Vas bien muchacha vas bien! (Tas tas) 😉
Hoy, ya con café en mano, quiero que platiquemos del corazón de nuestros hijos. Sabiendo lo importante que es esto, todavía se me va la pila en medio del caos de la vida diaria:
El corazón de mis hijos es más importante que su comportamiento.
Es muy fácil caer en la trampa del comportamiento: Si se está portando bien, todo anda como debe y estoy tranquila. Si se está portando mal, necesito corregirlo para que se porte bien y yo esté tranquila.
¡Alto! ¡Esta lógica es engañosa!
Mis hijos pueden estar haciendo todo lo correcto por fuera, pero permitiendo que ciertas actitudes destructivas tomen raíz en su corazón. ¡Y vaya si no son sutiles! Te cuento que no que no suena la sirena con luces: “¡Woop Woop! ¡Atención! ¡Has perdido el respeto de tu hijo!”
¿A qué me refiero? A ver…
“Mijo, traeme ese libro porfavor.”
“Muy bien Mamá.” ¿Porqué siempre me pide a mi? ¿Porqué no se levanta ella a traerlo? Solo le llevo el libro y me voy a desaparecer…
¿Y Mamá? Ocupada. Tan ocupada que no se dió cuenta del tono de voz y la mirada en los ojos.
O talvez…
“Mija, no llores, a todos nos pasa eso y no es para tanto!” La próxima me voy a llorar sola al cuarto, donde nadie me vea. Nunca me entienden…
¿Y Mamá? Estresada por tantas cosas y pensando que lo que menos necesita es una hija dramática.
¿Cómo sé? Porque digamos que he pasado por ahí una o dos… o diez veces.
En estos ejemplos vemos que si no tenemos cuidado, el mundo privado de nuestros hijos se nos cerrará. Cuando son chicos, digamos que hasta los 7 u 8 años, les podemos corregir diciendo la palabra final y “ya stubo”. Pero mayores de esta edad, debemos procurar influenciarlos para que tomen la decisión correcta. Aún necesitarán un poco de corrección, pero a esta edad ya comienzan a decidir si “quieren querer hacernos caso.”
A estas alturas cosecharemos lo que hayamos sembrado cuando eran chiquitos…infantes incluso! Si nos tomamos el tiempo para averiguar lo que está sucediendo en su corazón, el resultado será que ellos nos dan su corazón para que les influenciemos. Si no, no nos irá bien al tratar de corregirlos por lo que simplemente ha ido empeorando con los años.
Así que recordemos (me estoy hablando en el espejo) que la condición del corazón de mis hijos dictará su comportamiento a la larga. Vale la pena entrar en camara lenta para usar esos ojos rayos X que Dios nos dió.
¿Qué piensas del tema? Déjame un comentario y ¡sigamos la plática!
English Version
Hello Beautiful Mama! How are you today? How’s the family? You’re a special woman who loves her family and wants whats best for them. How do I know? You’re reading this… which means you want to grow, learn and be with other who do too! So three cheers for you!
Got your coffee? Good! Let’s talk about our kids’ hearts. I full-on know how vitally important this is and yet it evades me in the heat of daily chaos:
My kid’s heart is more important than their behavior.
It’s easy to fall in the behavior / appearance trap: He’s behaving, so all is well and I’m at peace. Oh! He’s not behaving, so I must correct him so that I can be at peace.
Hold it! This logic is deceptive!
Mi kids can be doing all the right things on the outside, but all the time are allowing destructive attitudes to take root in their hearts. And, man are they ever subtle! I’ve got news… no siren is going to blow, no flashing lights “Woop Woop! Warning! You just lost your son’s respect!”
Let me show you what I mean:
“Son, would you please bring me that book?”
“Yes Ma’am!” Why does she always ask me? Why can’t she get up and get it herself? I’ll take her this book and get outta here!
And Mama? Busy. Too busy to notice the tone of his voice or the look in his eyes.
Or maybe…
“Honey, don’t cry! This happens to all of us, and it’s just not that big a deal!” Well, next time I’ll just go to my room to cry so no one will see me. They never get me…
And Mama? Stressed about so many things and thinking to herself that the last thing she needs right now is a drama queen.
How do I know? Well, let’s just say I’ve been there one or two DOZEN times.
So in the above scenarios we see that if we’re not careful, our child’s private world will be closed off to us. When they’re little and up until, o let’s say 7 or 8 years old, we can correct them and have the last word. But after this we need to start encouraging and influencing them to make the right choices. They still need some correction, but this is when they start deciding whether they really want to want to. You know?
At this point we’ll start reaping what we sowed when they were little. Yea, infants even! If we take the time to find out what’s going on in their heart, they in turn will reward us by giving us their heart and being open to our influence.
If not, it won’t bode well when we try to correct them for something that’s simply been getting worse over the years.
So let’s remember, (I’m talking to myself in the mirror here!) that the condition of my child’s heart will dictate their behavior over the long haul. It’s worth kicking it into slow motion in order to use those X-Ray eyes God gave us!
What do you think? Leave me a comment and let the chat continue…
Este sí que es todo un tema. Hace poco descubrí el libro “Cómo hablar para que tus hijos escuchen y cómo escuchar para que tus hijos hablen”, que va justo por este punto. Qué tanto nos ponemos en sus zapatos… y a veces qué tanto nos ponemos en NUESTROS PROPIOS zapatos. A veces a mí me pasa que estoy tan ocupada o tan estresada que mi mente y mi corazón se distraen ¡incluso de mí misma! y entonces ya no sé realmente cómo me siento, lo que estoy pensando o hacia dónde estoy caminando. ¡ Y en este caos pues menos voy a escuchar a nadie más! Así que, totalmente, ¿qué raíces echo en mi propio corazón y cuáles en el de mis hijos?
Me encanta el tema del libro. Creo firmemente que debemos ser padres de familia pensantes. En vez de reaccionar a nuestra vida, conscientemente decidir lo que vamos a hacer y porqué. Muy buen comentario, Marce, gracias!
Pienso que muchas veces olvidamos cómo nos sentíamos de niños cuando pasábamos por las situaciones que pasan ahora nuestros hijos… y es un gran ejercicio volver a ponernos en ese lugar, viendo desde su perspectiva, que es totalmente distinta a la nuestra. Creo que aquí la clave es tener muy claro el porqué y el para qué estamos haciendo las cosas, y al final, como siempre, “escoger las batallas”… ¡y tener estrategias para hacerlas lo más cortas posibles! a veces una simple palabra (“Alex, cinturón”) es mucho mejor que volver a decir por décima ocasión toooodo el rollo de lo importante que es ponerse el cinturón de seguridad en el coche porque bla bla bla bla… nuestros hijos ya lo saben. Necesitan a veces veinte recordatorios, pero una palabra concreta a veces hace maravillas, por la situación pero –sobre todo– por la relación. También creo que muchas veces tenemos que analizar desde dónde estoy haciendo las cosas (es decir, ¿yo también estoy teniendo cuatro años y haciendo berrinche al lado de mi hija para ver quién gana en tener la razón?), y compartir nuestros propios sentimientos con ellos para tratar de que también vean desde nuestra perspectiva (“me siento muy frustrada porque al final del día parece que sólo yo estoy recogiendo las cosas tiradas cuando lo que quiero es descansar!”). Ahora… cuando todo esto falla… creo que lo más increíble del mundo es recordar que nosotros tenemos esa fuente de amor que puede soportar toda clase de emociones, que se vale sentirnos así, y que no es nada fácil lidiar tooodos los días con los pequeños detalles de lo cotidiano. Pero que siempre mañana será otro día, para intentarlo de nuevo 😀
Precisamente cuando recuerdo ciertos aspectos de mi niñez es cuando recuerdo que debo valorar la perspectiva de mis hijos y considerarlos. Y sorpresa de sorpresas! Por darles el ejemplo, ellos comienzan a considerarme (no molesten a Mami, está tomando una siesta). Muy buenos pensamientos, Marce. Tienes razón al decir que mañana será otro día para intentarlo de nuevo… poco a poco vamos progresando aunque no se sienta así a veces! Así que mañana, a recordarles de nuevo que deben recoger sus cosas y esta vez trataré de no frustrarme… ahí te cuento como me va! 😉